UNA NUEVA FORMA DE "ESCLAVITUD"

Aunque se dice que la esclavitud en Colombia fue abolida hace mucho tiempo, existe un grupo grande de personas que salió a marchar por sus derechos, derechos que al ser violados los convierten en esclavos… esclavos de sus herramientas, de sus patronos, de sus largas jornadas de trabajo y de sus frustraciones.

Es la cruda realidad que tienen que vivir los corteros de caña, cuya labor extenuante va más allá del corte de la caña, pues su jornada inicia a las cuatro de la madrugada cuando se levantan, arreglan sus implementos y, a las cinco aproximadamente salen a la orilla de la carretera en la mayoría de los casos, para esperar el transporte que lo llevará a su lugar de trabajo. Ya instalado en ingenio, comienza su ardua labor, la cual implica insolaciones y en ocasiones ataques de animales que se hallan ocultos en los cultivos. Por otra parte están expuestos a cortadas accidentales en brazos y canillas, además de lumbagos. No obstante las enfermedades más comunes en esta población están relacionadas con túnel del carpo, epicondilitis, manguito rotador y columna.

Lo anterior se debe a las indignas jornadas laborales, pues aunque la Asociación de Cultivadores de la Caña de azúcar, ASOCAÑA afirma que un cortero solo trabaja 7.8 horas al día, los corteros trabajan siete días a la semana bajo el sol inclemente del Valle del Cauca, según ellos, con jornadas hasta de 12 ó 13 horas.



Por consiguiente estamos en capacidad de formar una imagen somera de lo esclavizante que puede llegar a ser esta profesión, entonces entenderemos la situación crítica que padecen estas personas humildes, situación que por cierto los obligó a protestar por sus derechos.

Cansados de trabajar en condiciones infrahumanas, de injusticias y arbitrariedades por parte de las Cooperativas de Trabajo Asociado CTA y el emporio azucarero, los corteros decidieron el 14 de julio de 2008, presentar un pliego de peticiones a la Asociación de Cultivadores de la Caña de azúcar, ASOCAÑA, con el fin de optimizar sus condiciones laborales, económicas y de seguridad social, siendo su principal exigencia la consecución de un proceso de contratación directa, lo que debilitaría el poder de las cooperativas. Desesperados y sin encontrar respuesta alguna de su detractor, el gremio azucarero, el 15 de septiembre de 2008 salieron a paro.

Ese día aproximadamente 12.500 corteros de caña de los ingenios del Valle del Cuaca decidieron soltar sus pacoras para reclamar por sus derechos, como resultado de unos salarios precarios y la falta de oportunidades. La decisión que tomaron fue bloquear los ingenios: Pichichi, Providencia, Manuelita, Tumaco, Mayagüez, Castilla, María luisa e Incauca.

Según Adriana Ferrer abogada en derechos humanos, quien asesoró a los corteros durante todo este proceso, los corteros venían organizándose desde el mes de enero de 2008 para hacer sus denuncias sobre la grave situación de explotación a la que son sometidos, pero existe un momento crucial y definitivo en esta lucha, que Adriana lo relata así: el 14 de junio se llevó a cabo una audiencia en Pradera, donde se hizo la denuncia pública de esta situación, por parte de los corteros de caña asesorados por el Senador Alexander López, dos de sus asesores y yo. Pero solo un mes después, o sea el 15 de junio los corteros tuvieron la oportunidad de presentar un pliego de peticiones a las entidades pertinentes; ASOCAÑA que es la entidad donde se agrupan todos los Ingenios azucareros, a los ingenios, al Gobierno Nacional a través del Ministerio de la Protección Social y sus peticiones jamás fueron escuchadas; así que la declaratoria del cese de actividades tuvo que ver mas con una ausencia de voluntad por parte de los ingenios de responder a las peticiones de los trabajadores.

Se conoce entonces una problemática que mas allá de parecer una simple huelga sin sentido, tiene un trasfondo sociopolítico, teniendo en cuenta que son las entidades del estado las encargadas de proteger los derechos de los trabajadores y no los derechos de la empresa privada. Ahora bien, si los ingenios aseguran que un cortero se gana mas de un millón de pesos…¿Por qué las colillas de pago dicen otra cosa? Porque existen casos de casos; es indignante ver que un cortero trabajo tres días, le liquidaron 31700 pesos y le descontaron 24 mil pesos que van hacia la Cooperativa Asociada de Trabajo. Pero aun más indignante es escuchar a Pedro, el mismo cortero, cuando dice: me quedaron 7 mil pesos, pero como los fui a reclamar en fin de mes, me los descontaron por mantenimiento de tarjeta, entonces me dejaron si ni uno.

Acaso un cortero de caña no tiene los mismos derechos que el presidente de ASOCAÑA que devenga un sueldo de 18 millones de pesos solo por salir a defender a sus patronos, argumentando que un cortero gana mas del mínimo y que si gana menos es por perezoso. Pues la respuesta es si, tiene los mismos derechos, pero está en desventaja por varias razones, entre ellas la falta de estudio, por lo que se vieron sumidos bajo el yugo del emporio azucarero durante tanto tiempo.

El tiempo, las arduas jornadas, las yagas y los callos en sus manos hicieron que los corteros recordaran que tenían derechos y que podían luchar por ellos. Fue así como consiguieron la asesoría del Senador Alexander López y su gente. Pero como es costumbre, en nuestro querido País, quien apoya una protesta es un guerrillero o un delincuente, el gobierno judicializó a los dos asesores del Senador y a 4 corteros de caña, acusándolos de promover la protesta con intenciones de desestabilizar las economía del país y el sector azucarero.

Otro aspecto importante pero desconocido por la sociedad lo explica Wilson Arias, concejal de la ciudad de Cali: los dueños de los ingenios, son proveedores de energía, y cualquier proveedor de energía tiene que subsidiar a los estratos 1 y 2 en las poblaciones de su zona de influencia. Los únicos proveedores que no están obligados a subsidiar a estratos 1 y 2 son los dueños de los ingenios. Y resulta que la población predominante de las zona de influencia de los ingenios, son negros estrato 1 y 2.


Hablemos entonces de otros pequeños problemas:
Candelaria es un municipio vallecaucano que esta rodeado por ingenios azucareros, o sea que esta en su zona de influencia. Según Adriana Ferrer: Lo peor de todo es que este municipio no tiene agua potable ni alcantarillado, lo que es inaceptable cuando esta incrustado justo en la mitad de un territorio donde se desarrolla un negocio supremamente rentable y que recibe muchísimos millones de dólares de subsidios por parte del Estado.

No obstante algunos medios de comunicación y algunos agentes políticos han optado por decir que la protesta de los corteros de caña de valle del Cauca no tenía sentido. ¿Acaso no tiene sentido luchar por lo que nos pertenece? Por una vida digna, un salario digno y educación para nuestros hijos. Acaso no es suficiente que un cortero de caña tenga que trabajar jornadas de hasta 12 horas, teniendo en cuenta que en el departamento del Valle a las 12 m. el calor supera los 40 grados de temperatura, y que además de eso un trabajador de estos corta hasta 5 toneladas de caña por día. Y un dato que nadie se imagina, por cada tonelada cortada que es el equivalente a un tajo o un área de 35 metros cuadrados aproximadamente, un cortero da 11400 machetazos, según estudios técnicos del SENA; y ahora sale ASOCAÑA a decir que los trabajadores son bien pagados y que no tienen razones fundamentadas para protestar.

Este fenómeno lo explica mejor una persona que ha tenido que vivirlo en carne propia. Daniel Aguirre cortero y líder sindical: si yo me pido tres tajos, estoy dando 34200 machetazos al día, por eso vienen los problemas de epicondilitis, túnel del carpo, manguito rotador y columna. Otra gran indignación la causa un punto del pliego de peticiones donde los corteros piden una hora de tiempo para almorzar… ¿eso es justo?

Finalmente y después de 54 días de paro los corteros de 7 ingenios levantaron el cese de actividades, gracias a los arreglos que cada ingenio concino con sus trabajadores. Pero María Luisa el ingenio mas pequeño del país que cuenta con 180 corteros, siguió en vilo un mes más, hasta el 10 de diciembre cuando se dieron a conocer sus logros, entre ellos: que les aumentaran el pago de tonelada de caña cortada de 5700 pesos a 6100 pesos.


Testimonio de algunos corteros:

- Nos sentimos felices, pues ahora por lo menos los ingenieros nos saludan.

- Nosotros consideramos que el tiempo de la esclavitud ya pasó, nosotros no podemos seguir siendo esclavos de una pacora.

- Ahora la gente ya se dio cuenta que los corteros si valemos.

- Le dimos un ejemplo de lucha a todo el pueblo trabajador colombiano.


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